El joven golfista Javier Ballesteros, hijo mayor del mítico
Seve, se convirtió ayer en jugador profesional después de formalizar su estatus
ante la Real Federación Española de Golf (RFEG), dando el primer paso de lo que
espera sea una larga carrera. «He tomado la decisión de hacerme profesional de
golf, que es lo que siempre me ha gustado. Conseguiré triunfar o no, pero que
nunca me pueda decir a mí mismo que no lo intenté y que no hice todo lo
posible», indicó ayer Javier.
Por otro lado, el hijo de uno de los mejores golfistas de
toda la historia, admirado en todo el mundo y que falleció hace tres años, se
mostró consciente de que le espera un largo y duro camino por delante. «Sé que
no va a ser fácil y soy consciente del trabajo duro que conlleva, pero también
sé que debo intentarlo», apuntó. «Mi padre tuvo que recorrer un camino largo y
estrecho para iniciarse en el mundo del golf; yo lo tengo algo más fácil pero
con el inconveniente de que siempre nos compararán y me exigirán, no lo que
hizo mi padre sino la mitad que ya sería mucho», explicó.
Sin prisa para lograr resultados
En cuanto a sus inicios como profesional, Javier Ballesteros
aseguró que no tendrá prisa. «No me he planteado objetivos. Voy a empezar poco
a poco, como decimos en golf: golpe a golpe y manteniéndome en presente.
Empezaré jugando la Escuela del Alps Tour. Estoy muy motivado y convencido de que
he dado el paso correcto. Tengo mucha confianza en mí», destacó ayer el jugador
tras tomar esta decisión.
«Hoy [por ayer] es un día en el que me acuerdo especialmente
de mi padre, todo o casi todo lo que sé de golf me lo enseñó él y me hubiera
gustado que me viera hacerme profesional; estoy seguro de que estaría muy
contento y se sentiría orgulloso», finalizó.