viernes, 2 de diciembre de 2011

El Golf de los Parias



En el hoyo 1 hay que evitar golpear a la lavandería (Jaime León)

Un elitista campo rodeado por chabolas en la antigua Bombay inspira una inesperada pasión por el golf entre los menesterosos
Suresh Mehboobani se ajusta la gorra mientras observa el campo en el «tee» de salida. Dibuja un arco en el aire con el palo de golf, y la pelota vuela sobre un tejado, bota y rebota, y acaba bajo un camión. Sus dos rivales sonríen. Suresh es un golfista improbable en un entorno más improbable aún. Estamos en un barrio de chabolas de Mumbai —antigua Bombay— y esto es «slum golf» o «golf de las chabolas».

La extraña confluencia del elitista deporte y jóvenes de una barriada de chabolas nació del roce entre el Bombay Presidency Golf Club y los «slums» que rodean el oasis verde de 33 hectáreas. Los chavales que con diez años recogían las pelotas que escapaban del campo por 10 rupias (0,1 euros) se convirtieron más tarde en «caddies» de los famosos y ricos de la capital financiera india. Entonces empezaron a soñar. Soñaron que ellos también podían jugar con un palo. Soñaron que podrían sacar a sus familias de casas de una habitación del tamaño de un Mercedes Benz.

Y siguen soñando en los descampados y callejones del «Behind Golf Hole No. 10», como conocen los vecinos el área de chabolas cercana a ese hoyo del club. A falta de un campo de hierba, se juega en la calle; los palos son barras de metal que consiguen en las obras; y las pelotas, bolas de plástico de colores.

A sus 19 años, Rohit Jadav ejerce de «caddie» por tres euros los 18 hoyos y vive obsesionado con el golf. «De niño me subía al muro y veía a la gente jugar al golf. Después recogí pelotas y más tarde me convertí en “caddie”. El golf es lo único que conozco». Huérfano de padre, Jadav ganó el año pasado el Torneo de Caddies de la ciudad y ahora se prepara para participar en un campeonato júnior en el que competirá con jóvenes de otra clase social. Su aspiración es competir en torneos «amateurs», pero la inscripción cuesta 70 euros, su salario mensual.

Suresh, de 26 años, llegó a jugar en campeonatos «amateurs», pero carece de recursos para acceder al circuito profesional. «Sin dinero o un patrocinador es casi imposible para nosotros», afirma el joven en la habitación donde vive con sus padres y tres hermanos. En una pared una pintada reza «Adoro el golf», y en una esquina un juego completo de palos profesionales parece fuera de lugar. Fue una donación de un jugador del Bombay Presidency Golf Club, al igual que su equipo de golfista.

Cada dos semanas los amantes del golf de las barriadas organizan torneos. El juego es a tres hoyos, cavados con piedras. Hasta 70 jugadores se retan en los descampados con obstáculos como vehículos, charcos, tejados, la ocasional vaca y el ubicuo perro callejero. Las instrucciones son claras: en el hoyo 1 es fundamental un golpe recto, para evitar la lavandería y las tiendas de los lados; en el segundo la bola debe volar por encima del canal de aguas residuales: en el último, el obstáculo es el pozo de la basura. Quizás el campo de golf más complicado de los 200 que existen en la India.

Fuente: Jaime León - ABC