Rompe tres años de sequía y da un salto en su carrera que puede ser definitivo.
Se embolsó 720.000 euros que le catapultan en todas las listas europeas y mundiales.
Gonzalo Fernández Castaño consiguió la victoria en el Barclays Open de Singapur, tras tres años sin victorias. El golfista madrileño, de 31 años, lo logró gracias a una victoria en el segundo hoyo de desempate frente al filipino Pagunsan, playoff que se tuvo que jugar entre la tarde del domingo y la mañaña del lunes de la isla del Pacífico por las tormentas. Fueron tantas y tan intermitentes que el domingo, entre dos de ellas, los contendientes sólo pudieron dar un golpe.
De vuelta al lunes, el filipino tuvo una gran oportunidad para haber conseguido su primera victoria del Circuito Europeo, pero falló un putt de 2,5 metros. En el segundo hoyo de desempate los papeles se intercambiaron y el golfista madrileño, uno de los mejores competidores del panorama nacional, no perdonó. Embocó un putt para birdie de tres metros y finiquitó el multimillonario evento del Pacífico. Es la quinta victoria profesional de Gonzalo, que desde el año de su debut en 2005 había iniciado una interesante secuencia en el Circuito Europeo (Holanda 2005, Volvo China 2006, Italia 2007 y British Masters 2008), que se había interrumpido en las tres últimas temporadas.
Contundente bajo presión
La muestra de la enorme contudencia de Gonzalo en los momentos decisivos lo prueba que cuatro de sus victorias, todas menos la iniciática en Holanda, se produjeron tras un desempate.
La muestra de la enorme contudencia de Gonzalo en los momentos decisivos lo prueba que cuatro de sus victorias, todas menos la iniciática en Holanda, se produjeron tras un desempate.
La victoria, además, se produce en una temporada que parecía perdida para el madrileño, después de pasarse cinco meses en el ostracismo por una hernia de disco. Sin excesivas expectativas empezó a probarse en agosto y ha sido en la temporada española donde se percató de los avances. "Pero con el swing...", lamentaba hace unas semanas. Todos sus problemas estaban en su cabeza. Fue segundo en Castellón, decimosegundo en Valderrama y la victoria más importante de su carrera (720.000 euros al ganador) en Singapur reafirma que está otra vez en la cresta de la ola.
El triunfo le supone ingresar entre los primeros 60 de la clasificación mundial, le mete en la final de Dubai y, provisionalmente, también le mete en el equipo europeo de la Ryder Cup. El español, un golfista de una fortaleza mental absoluta, no mira más allá de lo inmediato: de la 'Manhattan del Pacífico' cogió un avión rumbo a Japón, donde esta semana disputará el Dunlop Phoenix, torneo en el que también está invitado Pablo Larrazábal.
Fuente: Marca
