lunes, 10 de octubre de 2011

Puertas abiertas para que crezca la afición a jugar golf

La media de edad de los deportistas está en 55 años y hace falta crear cantera de futuro


La afición nace 'por contagio' entre los más pequeños, que se lo toman muy en serio.

El más pequeño tiene tan solo cuatro añitos y quiere aprender a jugar al golf para emular a los mayores, pero lo ideal es empezar a practicar este deporte a partir de los cinco.

Así lo explica a este diario Miguel Fidalgo Calvo, uno de los dos nuevos profesores que están detrás de un ambicioso proyecto en las instalaciones del Campo de Golf-Balneario de Mondariz.

La cosa parece que marcha 'bien' porque son ya 29, los jovencitos que se han inscrito en la Escuela infantil de golf para seguir los cursos que están a punto de comenzar diseñados para edades comprendidas entre los 5 y los 18 años. Y eso no es todo, porque además, se quiere dar la oportunidad a todo el mundo de conocer el golf en la distancia corta y no como mero espectador. Para ello, habrá dos horas a la semana de puertas abiertas 'todos los miércoles y los jueves de octubre, de seis a siete de la tarde'. El único requisito es inscribirse previamente en el golfmondariz@balneariodemondariz.com. El resto, las bolas y los palos, 'los aporta el club'.
A partir de ahí y si 'entra el gusanillo' los cursos de iniciación oscilan entre los 60 y los 45 euros, dependiendo del número de clases, explica el director del campo, Ignacio de la Cuesta.

'Una de las cosas que hay que desmontar es la idea generalizada de que el golf es un deporte muy caro', dice Miguel Fidalgo. 'Aprender a practicarlo es muy asequible, venir 'a pegar bolas' a Mondariz es casi gratis y en lo tocante al equipaje todo depende de las marcas, ahora hay palos superbaratos y con excelente relación calidad-precio'.

Teniendo en cuenta que es un deporte individual que conlleva un gasto y un sacrificio, practicarlo 'es casi gratis', luego depende de lo que uno haga.

Los niños, la mayoría entre 7 y 10 años, 'se lo toman con muchas ganas y en cuanto lo prueban, les encanta'. Los padres 'contentos' y en cuanto a los monitores, el trabajo lo diseñan mediante juegos 'para que no se aburran' y cada 5 ó 10 minutos hay un cambio de ritmo. Además de enseñarles a jugar, aprenden los movimientos y rotaciones sin tocar un palo y luego trabajan la coodinación, la fuerza, la agilidad para que sea más completo el nivel físico y la técnica 'vamos más allá del 'swing' del golf', apuntan Miguel y Gonzalo.

Fuente: Atlantico.net