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| Mcllroy celebra un golpe en el Masters |
Mucho golf ha tenido que ver el argentino Ángel Cabrera por televisión, como el mismo confesó, durante los casi cinco meses que estuvo retirado en su casa sin poder tocar un palo debido a una tendiditis en la muñeca izquierda. Pero en enero, volvió a la competición con mucha calma y hoy se ha colocado segundo en esta 75º edición del Masters de Augusta, en busca de una segunda Chaqueta Verde (2009) para su guardarropa.
Con una tarjeta de 67 golpes (-8 en total) le pisa los talones al intratable Rory McIlroy, que con el desparpajo de la juventud (21 añitos) ha firmado la tercera tarjeta bajo par (70) para colocarse como líder en solitario (-12), cuatro golpes de ventaja sobre sus más inmediatos perseguidores. Además de Cabrera, el surafricano Carl Schwartzel, el coreano K.J. Choi y el australiano Jason Day comparten la segunda plaza con -8.
Ni rastro de los españoles en la clasificación. El sueño de llegar al domingo con posibilidades de luchar por la Chaqueta Verde –desde José María Olazábal en 1999 el golf español sigue intentándolo con fuerza- se desvaneció cuando Sergio García falló el putt del 10 y seguidamente llegaron un doble bogey y un bogey del -7 saltó de la tabla hasta terminar en el puesto 30º con -1 (75 hoy).
"Estoy realmente desilusionado porque empezaba a ver un poco de luz en mi juego, pero he fallado el putt del 9 para birdie, he comenzado a dudar, me ha vuelto la inseguridad y ya no me he recuperado", dijo el castellonense, con la mirada triste del que sigue sin encontrar la llave que vuelva a abrir ese caja de sorpresas que asombró al mundo del golf.
"Hay cosas positivas que destacar, he jugado siete hoyos muy buenos, pero a medio camino me ha fallado la cabeza. Pero al menos, ya ´se lo que quiero y cómo lo quiero y hay que seguir intentándolo", dijo el castellonense que fue consolado en el green por Cabrera.
Sin consuelo para Sergio
"Me he acercado a decirle que es una gran persona, un gran jugador, que tiene mucho potencial y que tiene que seguir luchando. Que no se desanime", dijo el argentino.
Álvaro Quiros volvió a hacer una tarjeta de 75 para terminar en el puesto 18º de la tabla y terminar con un total de -3 en el puesto 18º. Está más cerca de quedar entre los quince primeros para garantizarse la plaza para el año que viene. No obstante, salió sonriente del green.
"No ha sido un gran día de golf pero al menos Augusta no se ha portado tan mal conmigo como otros años”, dijo el gaditano. "Es verdad que he pecado de ambicioso y mentalmente hoy me ha ganado Augusta. Quería acercarme a la cabeza, luchar por estar ahí y me he precipitado en algunos hoyos, como en el 14 que he pagado la novata del doble bogey. Pero estoy contento en general. Dentro de lo malo, ya sé que me he despedido del torneo, aún me queda otra vuelta para mejorar cosas”, añadió.
Jiménez gana al campo
Sólo Miguel Ángel Jiménez logró ganarle al campo con 70 golpes (-2) y subir hasta el puesto 27º de la tabla. Lo mejor del malagueño y lo que más hizo disfrutar a todos sus fnas desplazados de Málaga, fue el ‘hat-trick’ que firmó en el Amen Corner: tres birdies consecutivos desde la línea de dos metros que supieron a gloria.
"¡Qué calor he pasado, chiquillo". No he parado de beber agua y de hidratarme, pero he vuelto a ganar a Augusta y eso es muy bueno”, dijo Jiménez. El 'Hat-trick' del Amen Corner ha sabido a gloria, pese a que no he estado fino con el putt (31 hoy). El objetivo para mañana es seguir divirtiéndome y seguir haciéndoles pocas al campo, que no es fácil", dijo Jiménez.
En cuanto a Tiger Woods que ayer aparecía entre los primeros, no consigue despegar y no hila tan fino con el putt con el que tuvo un feo gesto de desagrado en el hoyo 6 y se despidió con la cara muy larga en el green del 18. Woods terminó con 74 golpes (-5) y ni él mismo en el mejor de sus sueños había remontado siete golpes para ganar un Major. Mucho tiene que fallar Rory y los doce jugadores que van por delante del americano para que la Chaqueta acabe en sus manos mañana.
Rory sólo tiene que mantener el resultado y vigilar a su compañero de partido, Cabrera, que remontó cuatro golpes para ganar el Open de Estados Unidos en 2007".
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Fuente: Marca.com
